Resulta difícil presentar un libro como Los espantos. Estética y postdictadura, un ensayo paradojal, revulsivo y, por muchos motivos, de una radical singularidad. Un modo de comenzar es, como lo hace el propio texto, por el establecimiento de una perspectiva. Si Oscar Terán supo escribir en Nuestros años sesenta que a esa década había que introducirse por la filosofía –porque su objeto era filosófico–, Silvia Schwarzböck afirma que a la postdictadura hay que adentrarse por la estética, porque su objeto –propio del género de terror– así lo exige. ¿Qué significa para la autora llevar a cabo una reflexión propiamente estética sobre este objeto? Implica, entre otras cosas, pensar materialmente la ficcionalidad de lo dado. Y pensar lo dado es negarlo, abrirlo, mirarlo, escucharlo, para leer en la apariencia lo que en su mostrar no enseña ni ilumina; para volver a ver lo que puede ser visto –y sólo por eso puede ser visto– por quien no puede pensarlo. Cabría preguntar entonces: ¿qué es lo dado en este libro? Es la vida sin fantasma del comunismo, es la vida de la derrota después de la derrota. Es la vida de la postderrota.
«La vida interpelada. Prólogo a Los espantos»
Silvia Schwarzböck es doctora y licenciada en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires y desde 2012, Profesora titular regular de Estética en el Departamento de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de esa misma universidad.
Ha publicado Estudio crítico sobre Crónica de una fuga (2007), Adorno y lo político (2008), Estudio crítico sobre Un oso rojo (2009), además de numerosos ensayos y artículos sobre temas de Estética, Filosofía Política, Filosofía Contemporánea, Arte Contemporáneo y Cine. Ha realizado la edición crítica y el prólogo de Fundamentación de la metafísica de las costumbres, de Immanuel Kant (2012) y traducido Romanticismo político, de Carl Schmitt (2000, junto a Luis A. Rossi) y Estética (1958-59), de Theodor W. Adorno (2013).